lunes, 20 de octubre de 2014

APRENDER EL COLOR

El bebe se acostumbra con relativa rapidez “a ver correctamente”. ¿Pero que ocurre con los colores? ¿Tiene un niño pequeño que aprender el color? Y si es así, ¿Cual es el proceso de aprendizaje? ¿Puede tener preferencias de color?
Un niño aprende normalmente a través de las relaciones entre cientos de objetos, antes de que pueda nombrar un solo color.
El ojo de un niño, al igual que el de un adulto, tiene 4 tipos de fotoreceptores, células sensoriales fotosensibles. Entre ellos tres tipos de conos, que posibilitan la visión en condiciones de gran luminosidad, por eso los cono son importantes para el reconocimiento del color en los bebes.




Las pruebas de visión del color en los bebes y niños se realizan aprovechando el movimiento de sus ojos, porque el niño siempre mira todo lo que es nuevo, sorprendente y llamativo.

Mediante el estudio del movimiento de los ojos se ha descubierto que un niño pequeño, desde las ocho semanas de edad, puede diferenciar una gran superficie blanca de una gran superficie de color. Esta capacidad se desarrolla a medida que el niño crece.

Con doce semanas, el niño tiene preferencias claras entre los tonos. Prefiere el azul, el violeta, el rojo, el turquesa, el amarillo y el verde, por este orden.




Los niños pequeños de más de tres meses tienen preferencias cromáticas y a partir de los cuatro meses diferencian categorías de color, aunque lo más complicado en la percepción del color (incluso para nosotros mismos) es nuestra capacidad de percibir constantemente un mismo color con las mismas condiciones de luz, lo que llamamos “constancia cromática”. Para entender este proceso bastaría con este ejemplo: Si nosotros vamos a comprar un vestido, a veces nos acercamos a una ventana, para ver el color a la luz del día. No obstante nuestros mecanismos mantienen estas diferencias en la percepción del color dentro de unos límites. Esta percepción cromática es tan importante que muchas especies animales, como las abejas, la poseen.


¿A que edad adquieren los niños la capacidad de percibir los colores de manera constante? Los niños pequeños a partir de nueve semanas siguen con la misma atención los cambios en la iluminación y en el color, de donde se puede deducir que todavía no poseen la capacidad de percibir los colores de manera constante.
A partir de los cinco meses de edad, se presta más atención a los cambios cromáticos de los objetos que a los cambios de iluminación, por lo que la constancia cromática podría formarse en esta edad. Con cinco meses, un niño tiene preferencias cromáticas, puede distinguir categorías de colores y posee la capacidad de percibir los colores de manera constante.




¿Hay diferencias culturales en la clasificación de colores en categorías? Entre las culturas no hay diferencias esenciales en materia de categorías cromáticas. En todas partes los colores se clasifican más o menos en las categorías blanco, negro, rojo, amarillo, verde, azul, marrón, gris, rosa, naranja y violeta.
Es de suponer que los colores de los edificios y elementos constructivos en todas las culturas se perciben y categorizan de manera similar, pero los colores, en función del circula natural, pueden tener un significado social, emocional y psicológico completamente diferente. Por ejemplo, el significado cultural específico del verde y otros colores en la cultura islámica.


En cuanto a los nombres de los colores, si un niño de 4 meses puede clasificar los colores en categorías y a la edad de cinco meses posee constancia cromática ¿por qué, por regla general, puede decir los nombres de cientos objetos antes de ser capaz de nombrar un solo color?
Después de aprender a categorizar los colores, pasan muchos meses antes de que pueda nombrar esas categorías, aunque haya desarrollado la capacidad de aprender nombres de objetos, que es una tarea muy compleja ¿Por que? El niño debe enfrentarse a un problema a la hora de aprender nuevas palabras. Por lo general, aprende el significado de una palabra por “definición indicativa”, es decir, alguien señala un objeto y lo nombra. Por ejemplo, si el pequeño está mirando un conejo y su madre quiere que aprenda la palabra señalará el conejo y dirá “conejo”. 

 
Cuando la madre señala el conejo y dice la palabra “conejo”, hay prácticamente un numero ilimitado de cosas alas que puede estar haciendo referencia. Con “conejo” puede estar refiriéndose a las orejas o la nariz, o al pelo o a su color blanco. No hace falta mucha imaginación para entender que la lista de posibles significados puede no tener fin.

Entonces ¿cómo elige el niño el significado correcto de entre las incontables opciones? La respuesta es: presupone de manera instintiva qué tipos de palabra se le van a presentar primero. Cuando señala al conejo, dice “conejo” y no “mamífero” o “cuadrúpedo” aunque también son correctas. El niño presupone de manera instintiva que el significado de sus primeras palabras no hará referencia al color, sino a la forma, porque no es el correcto, sino la forma, lo que caracteriza a un objeto.




Todos los conejos tienen, aproximadamente, la misma forma, pero no tiene el mismo color. Lo mismo ocurre con los coches, las vacas, los camiones y la mayoría de los objetos que tiene importancia en la primera etapa de la vida de un niño. El niño distingue muy bien los colores, pero de manera instintiva sabe que el color no es, ni de lejos, tan importante como la forma ala hora de de determinar el significado de la palabras. No será hasta haber aprendido varios cientos de palabras cuyo significado se derive en primera instancia de la forma, que pasará a un terreno nuevo y aprenderá palabras que guarden relación con el color.

Cuando el niño está preparado para aprender las palabras que designan los colores, lo hace, de nuevo, por definición indicativa. Alguien señala un tomate y dice “rojo” o “el tomate es rojo”. Pero antes de aprender las palabras correspondientes, el niño clasifica los colores en categorías de percepción. Así podrá asignar cada nueva palabra de forma sencilla a las categorías cromáticas con que ya cuenta.




También hay niños que desarrollan capacidades extraordinarias en la percepción de los colores. Algunos asocian los sonidos con los colores. Otros ven colores al oír música, o al comer o al leer letras o números.
Todos estos son casos excepcionales de un fenómeno conocido como sinestesia. Pero este es un complejo tema aparte y no se puede resumir en un par de frases.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...